Por acá fui a correr todas las mañanas, es un vivero que tiene 36 hectáreas, gracias san goggle.
Algunas partes están muy civilizadas, incluso hay una zona de parrillas donde se apiñan esas familias de 14 integrantes donde todos los mayores de 10 años pesan más de 80 kilos, los típicos veraneantes de SCDT. Así que nuevamente apliqué mi capacidad de recorte, no los veo, no los escucho. Ya no olerlos sería ser un Jedi.
Otra parte es un bosque de eucaliptos donde nunca hay nadie, en 12 salidas a correr me habré cruzado con tres personas. Da un poco de miedito, sí, pero hay paz, pájaros y olor a menta. Y sabor a aventura, aunque estaba a 200 metros de la civilización.
También fui a correr por la playa, a veces, pero prefería resguardarme del sol y su efecto musculosa.
Extraño salir a correr todos los días. Si fuera una mejor deportista me levantaría cada mañana como un resorte en lugar de quedarme rumiando las desgracias de la vida. Por eso se me termina haciendo tarde!
4 comentarios:
ya lo vas a poder hacer.
muejejjejejejjejej
MUEEEEEEEEEEJEJEJEJJEJEJEJEJ.
me mató el muejejejeje
Qué lugarete te encontraste!
Quien no fue deportista de niño...mmm...me parece que...mmm....muejeje
Se ve lindo el lugar, igual, qué corajuda.
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