Ultimamente estoy cocinando bastante, un poco porque tengo tiempo, otro tanto porque es más barato, hay que ahorrar, el delivery te desangra. Debo confesar que ir a comer afuera me embola, también, salvo alguna ocasión especial. Me aburro, tengo frío, tengo calor, quiero ir a dar una vuelta, en fin, soy un nene.
Uno de mis recientes triunfos culinarios se lo debo al uruguayo que vende cereales y semillas en la feria: el sábado pasado dije, voy a comprar algo que nunca haya comprado, ya sé, dame 1/2 kilo de arvejas partidas. ¿Las tengo que poner en remojo? No, me contestó el oriental, hervilas con alguna verdura picadita, puerro o verdeo, y hacés una sopa.
Entonces: 1/2 kilo de arvejas partidas + 1 puerro picado finito + 1 cubito de caldo (allá ustedes si quieren hacer su propio caldo, yo le puse un cubito de caldo de puchero Knorr).
Hervir en abundante agua durante muuuuuuucho tiempo. Mucho. Yo aproveché para bañarme y otros menesteres.
Cuando las arvejas se van ablandando, se pueden ir pisando con el prensapuré para lograr un efecto sopa crema.
Al final le agregué unos cubos de lomito ahumado.
Manjar. Pesadito, casi sale de plato único, con croutones o galletitas.
EStoy pensando en hacer lo mismo con lentejas.