En otra faceta interesante de mi trabajo, que no todo es ir a recorrer talleres por La Matanza, fui con un cliente a la galería Praxis a elegir cuadros para su casa.
¿Cómo explicar la sensación? Como un pibe en una tienda de golosinas, como Brüno en los Marines.
Está bien, no son para mi casa, pero ¡igual!
Mi favorito es un cuadro gigante de Ana Eckell, Mar rojo, pero: a) es gigante y b) sale algo así como 20mil dólares y mi cliente no es coleccionista ni nada, tan sólo precisa poblar las paredes del living y entiende que algo ha de invertir en ese tema... pero no semejante suma.
Un contendiente es un díptico de esta pintora, Betina Levin:
Y hay un tríptico de un fotógrafo que me alucinó pero andá a convencer a este hombre de que la fotografía también es arte, ¿no?
Y después había cuadros maravillosos, como los de Eckell y un pintor que sólo recuerdo el apellido (Perez) pero ya lo conocía, es genial. Y si no quieren gastar tanto, serigrafías de Alonso, García Uriburu, Perez Celis y otros, desde 2500 pesos.
Acá lo encontré, Mario Perez... hay que ver el detalle que tiene su obra, es una cosa de locos. Lástima que un cuadro mini mini suyo cotiza en los 3000 dólares... una obra grande, no quiero ni pensar.
En fin, ¡qué lindo es comprar cosas así, aunque sea con la plata de otros! Volví enloquecida.
6 comentarios:
que emocionnnnnnnnn!!
que buen laburo Marie.
sacia el ansia de consumir.
Que buenooooo! Mi trabajo también tiene de los dos polos y eso me encanta, me gusta estar en los dos lados, esa mezcla junta...
Aluciné con el primero....
Yo tambien tengo que poblar paredes, pero bueeee.
invertir en arte es una frase que siempre me desagradó
yup madame, es medio feíta pero seguro los artistas agradecen la inversión
ja ja! Si alguien invirtiera en mis fotos yo estaria feliz!!! y de invertir esas sumas por otro tambien!!!! la sensacion de adrenalina debe ser casi igual,pero sin el bajon al reaccionar y darte cuenta lo que gastaste para vestir una pared.
voy a ver los aguayos
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